12 de diciembre de 2010

Las actualidades recreadas


L'affaire Dreyfus
(1899), Georges Méliès
 

 Entre febrero y marzo de 1898, al hilo de las noticias, Méliès rodó cuatro actualidades reconstruidas sobre la guerra hispano-norteamericana. Era ésta una actividad bastante frecuente en una época en la que aún no existían los reporteros de guerra. La más atípica de estas vistas –y la más característica de Méliès al mismo tiempo– es una Visite sous-marine du Maine [147] (1898), vista submarina del acorazado norteamericano hundido en el puerto de La Habana el 15 de febrero anterior. La escena sentaría las bases del trucaje para el rodaje de escenas submarinas durante unas cuantas décadas: pecera interpuesta entre la cámara y los personajes, decorado ad hoc y uso acompasado de la mímica.

En L'affaire Dreyfus [206-215] (1899) Méliès se moja. Toma partido en la diatriba que dividía a los franceses sobre en caso del capitán Alfred Dreyfus, acusado en 1894 de haber entregado secretos de Estado a los alemanes. Después de que los familiares solicitaran la revisión del caso, el verdadero culpable fue exonerado de culpa y el veredicto, recibido con manifiesta alegría por los sectores más reaccionarios del ejército y el estamento político. El hecho de que Dreyfus –que, a la sazón, cumplía una concena de por vida en el penal de la Isla del Diablo– fuera judío, no escapó a la consideración de la opinión pública. Emile Zola publica entonces su famoso “J'Acusse” en el que se ponía en tela de juicio la imparcialidad de la justicia francesa. Se ordena entonces la celebración de un nuevo consejo de guerra en Rennes, Es en este momento cuando Méliès decide dedicar una película a los antecedentes.

Méliès se reserva un par de papeles –le vemos al menos en el de Maitre Laborit, el abogado defensor de Dreyfus y en el de juez–. De esta reconstrucción histórica nos interesa sobre todo el trabajo en los decorados, que habla bien a las claras de la maestría de los artesanos del taller de Montreuil. Méliès utiliza los decorados fantásticos o teatrales para sus trucos y fantasmagorías, pero también es capaz de concebir telones de inspiración realista como la que figura en la reconstrucción del penal de la Isla del Diablo, en “A l'Ile du Diable”.

También es notable la puesta en escena. Si en otras, más claramente teatrales, la cámara ocupa un lugar privilegiado en el centro del supuesto patio de butacas y los actores entran y salen, entre cajas, por los laterales o por puertas practicables en el decorado, en Affaire Dreyfus Méliès rompe una y otra vez esta convención, forzando la perspectiva oblicua en las escenografías y utilizando el fuera de campo para las entradas y salidas de los personajes. Así ocurre al principio de “Attentat contre maître Laborit” y al final de “Bagarre entre journalistes”, precisamente dos de los episodios en los que no está presente Dreyfuss.

The Coronation of Edward VII (1902), producida por Méliès para Charles Urban, tiene la particularidad de anticiparse a la actualidad. Méliès planeó cuidadosamente esta reconstrucción, estudiando el protocolo de la ceremonia de coronación y la disposición de celebrantes e invitados en la Abadía de Westmintser. Sin embargo, el plegamiento a la realidad tiene sus límites. Urban recomendaba a Méliès que aunque el rey fuera ligeramente más bajo que su consorte, hiciese caso omiso a esta circunstancia pues el monarca era especialmente sensible a este tema.

Una indisposición del rey obligó a posponer la ceremonia de junio a agosto. Entre tanto, Méliès y sus colaboradores habían facturado su “coronación” que así pudo estrenarse el mismo día del acto, tras un prólogo que mostraba -esta vez sí al hilo de los hechos, la llegada de la carrozar regia a la abadía. 

L'affaire Dreyfus (1899) 
Producción: Star Film (FR) 
Guión y Dirección: Georges Méliès 
Blanco y negro. 11 min.

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