“The Goon Show” estuvo en antena en la BBC entre 1951 y 1960 y, a decir de los estudiosos de la comedia, revolucionó la escena del humor británico. Sin los descerebrados y celéricos chicos del radiofónico “Show de los Matones” nunca habrían existido los Monty-Python.
Los cuatro Goons
Cuatro fueron inicialmente los miembros del grupo. Michael Bentine (1922-1996), Harry Secombe (1921-2001), Spike Milligan (1908-2002) y el mismísimo Peter Sellers (1925-1980). Los cuatro tuvieron ocasión de poner a prueba sus dotes para el espectáculo entreteniendo a las tropas durante la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar ésta siguieron por separado carreras en el “show business”. De los cuatro, Peter Sellers fue quien primero metió la cabeza en la radio, donde su prodigioso talento para crear personajes excéntricos le permitió interpretar multitud de comedias y dramas radiofónicos en la BBC. Estas actuaciones se alternaban con sus apariciones como humorista —su afición a la batería había quedado momentáneamente relegada— en el escenario del Windmill, un teatro que alternaba el striptease con los números cómicos. Los cuatro Matones se reunían con otros actores en el pub que regentaba Jimmy Grafton, un guionista aficionado que empujó a Milligan a crear su propio material cómico y ejercía de agente de Secombe y Milligan.
En 1951 la BBC les dio una oportunidad, aunque tuvieron que cambiar el título de la serie por el de “Crazy People”. Las señas distintivas del programa son la alternancia de números musicales con viñetas cómicas, el uso turulato de los efectos de sonido, un humor excéntrico y frenético —de raíz marxiana— y, por último, una indescriptible galería de personajes que ponen en solfa la pomposidad y la flema británicas. Michael Bentine abandona el programa por diferencias creativas con Spike Milligan, que es quien se hace cargo de los guiones de la serie. Harry Secombe actúa como portor, dando vida a uno de los personajes definitorios del show, el capitán Ned Seagoon. Y Peter Sellers aporta una variedad de caracterizaciones, de voces y una velocidad endiablada que hace crecerse a sus compañeros.
Hacia 1953 el programa adquiere su forma definitiva, con una trama central y derivaciones continuas de las que no está exenta la improvisación. Nuevos guionistas aportan material puesto que Milligan sufre algunas recaídas en una depresión, secuela del conflicto bélico. Como no es cosa de extendernos más, les dejamos un enlace (http://www.thegoonshow.net/), con completísima información sobre el programa y sus autores, y éste clip de una actuación tardía que explica mejor que mil palabras lo que fue el programa en su último tramo, su ´último ptograma en realidad: https://youtu.be/XF745ywyvVY
En noviembre de 1950, después de finalizar la grabación del piloto de la primera temporada del programa y sin tener muy claro que sería de su futuro, los Matones aceptan la oferta para realizar una película por unos emolumentos que ascienden a la modesta suma de unas 125 libras por cabeza. Para ello cuentan con cuatro semanas en los estudios cinematográficos de la localidad de Brighton.
El equipo, a las órdenes del debutante Tony Young, sabe lo que se trae entre manos. La película, de una abosoluta modestia, alterna los números de variedades a cargo de sus intérpretes –en especial, el sketch del cirujano de Secombe y las imitaciones que Paddy O’Neil hace de Bette Davis y Gloria Swanson–, con persecuciones y batacazos por las desiertas avenidas de la ciudad balnearia del sur de Inglaterra. Para hilvanarlo todo, una trama policial en la que Secombe encarna a Harry Flakers (Secombe), el afortunado ganador de una quiniela premiada con 100.000 libras. A pesar de ello acude, como todos los años, a pasar unos días de descanso con su compañero Spike Donnelly (Milligan) a una pensión donde serán asediados por toda suerte de cazafortunas y seguidos por dos falsificadores de moneda que pretenden pegarles el cambiazo.
Sellers encarna a un personaje denominado el Comandante, residente estable en la pensión y sablista profesional, y al vendedor canadiense Arnold P. Fringe, capaz de colocarle a usted desde un seguro de vida hasta papel matamoscas.
Una noche, Harry y Spike llevan a las chicas (Paddy O'Neil y Vicki Page) al “Pier Palace” de Brighton, que ya hemos visitado en otras excursiones de Circo Méliès —cuando comentamos Brighton Rock, por ejemplo—. Allí asisten a una exótica actuación de Felix Mendelssohn and His Hawaian Serenaders y caen rendidos ante el poderoso influjo mental de la hipnotista Madame Moravia (¿Patience Rentoul?).
La persecución final, en el mejor estilo Keystone Kops, lleva a los protagonistas al Museo de Cera de Louis Tussaud, tataraniento de la famosa Madame Tussaud, donde inevitablemente se hacen pasar por trogloditas, miembros de la Policía Montada de Canadá o decapitados por el hacha del verdugo.
La distribución de la película fue desastrosa. Entre 1951 y 1953 se realizaron algunos pases por todas las islas y, se cortaron algunas escenas que parecían extemporáneas. En 1960, aprovechando el apogeo de la serie radiofónica en el ámbito de la Commonwealth se procedió a un nuevo corte de negativo para su distribución en Nueva Zelanda. Desde entonces se pierde la pista de esta pieza, muy codiciada por los fans de Peter Sellers, hasta su reciente restauración por parte del British Film Institute.
Penny Points to Paradise (1951)
Producción: P.Y.L. Productions (GB)
Director: Anthony Young.
Guión: John Ormonde.
Intérpretes: Harry Secombe (Harry Flakers), Spike Milligan (Spike Donnelly), Peter Sellers (el Comandante / el vendedor Arnold P. Fringe), Alfred Marks (Edward Haynes), Paddy O'Neil (Christine Russell), Vicki Page (Sheila Gilroy), Bill Kerr (Digger Graves), Freddie Frinton (el borracho), Joe Linnane (el policía), Sam Kydd (el taxista), Hazel Jennings, Patience Rentoul, Diana Leslie y Felix Mendelssohn and His Hawaian Serenaders.
77 min. Blanco y negro.
2 comentarios:
Los Monty Python me divirtieron (en unas reposiciones que vi hace pocos años)si este grupillo fué su antecesor directo seguro que debió de ser muy divertido aunque,imagino,de un humor un poco incomprendido como lo fueron los Python años después.
Estimado don Angeluco:
Disculpe usted que no hayamos visto antes su comentario. The Goon Show nació como espacio radiofónico en una era (pre-televisiva) en la que la radio era inmensamente popular.
Su humor desquiciado, de raíz marxiana, no le hacía ascos a la sátira de los tipos ciento por ciento británicos: la dama petulante, el coronel retirado, pero también el cockney pendenciero, la esposa dada a la bebida o el vendedor arrollador, ampliando así la baraja de personajes empleada por Wodehouse o Saki.
Gracias (tardías) por su visita, Sr. F.
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