23 de junio de 2011

Bruno y Nino, estrellas del humor en el Teatro Argentino




Muertos de risa (1999), Álex de la Iglesia

Muertos de risa narra el doloroso ascenso hacia el éxito de la pareja de cómicos formada por Bruno (El Gran Wyoming) y Nino (Santiago Segura), en una panorámica que abarca veinte años de la vida pública española que fueron, también, la edad de oro de los caricatos y payasos televisivos. Tip y Coll, los humoristas del “Un, dos, tres”, “Los payasos de la tele”…


Algunos de ellos aparecen en efigie en el Museo de Cera de Madrid…


… otros —Bigote Arrocet, Moncho Borrajo o Josema Yuste—, en un cementerio que es casi una metáfora, dando el pésame a Nino por el fallecimiento de su madre.


El final, con Alfonso Lussón en el papel de productor, en uno de aquellos míticos programas de fin de año donde Nino y Bruno van a reunirse después de dos décadas de enemistad.


Pero, cómo han llegado hasta aquí, nos pregunta su representante (Álex Angulo). La película es el largo flashback que da respuesta a este interrogante.


Todo empieza en el tablado desmontable del “Teatro Argentino” para el que los directores de arte de la película –Arrizabalaga y Biaffra– buscaron inspiración en el Teatro-Circo del vizcaíno Manolo Llorens.


En su estudio sobre los teatros ambulantes de variedades, el profesor Montijano destaca la participación de las vedettes Pola Cunard y Eva Miller. De entre los cómicos, el más conocido fue el polifacético “Linarín”, que llegaba a cobrar allá por la década de los cincuenta del pasado siglo, tres mil pesetas por jornada. Cantantes como María Jiménez y caricatos populares en la pequeña pantalla como Arévalo, Manolo de Vega, Pajares y Esteso o Florinda Chico también se anunciaron en sus carteles.


La recreación de Álex de la Iglesia subraya la presencia de unas vedettes algo más espectaculares de lo que solía ser norma en este tipo de espectáculos y esboza la patética actuación del Mago Silbor (Manuel Tallafé) y su ayudante en el número de la caja atravesada por sables.


En su último tramo, con la irrupción del personaje de “El pobre Tino” (Eduardo Gómez), un sucedáneo con el que Bruno pretende sustituir a su compañero de fortuna, la trama deriva hacia una versión negra de “El que recibe las bofetadas”. Muertos de risa sería, así, una versión apócrifa de la obra de Leonidas Andreiev, que ya había sido llevada al cine anteriormente en 1924, bajo la dirección de Victor Sjöstrom, y por Boris Hardy en Argentina en 1947, con Narciso Ibáñez Menta en el papel protagonístico.

 

Un lanzamiento excesivamente centrado en el rollo cheli, los pantalones de pata de elefante y los poderes paranormales de Uri Geller, propició probablemente una pobre respuesta del público, que vio defraudadas sus expectativas. Sin embargo, Muertos de risa es una de las películas más interesantes en la muy interesante filmografía de Álex de la Iglesia: una reflexión descarnada sobre el éxito y el parasitismo, sobre la crueldad del humor y las relaciones de dependencia, temas sobre los que Álex de la Iglesia ha vuelto recientemente en Balada triste de trompeta (2010).


Muertos de risa (1999)
Producción: Iberoamericana Films (ES)
Director: Álex de la Iglesia.
Guión: Jorge Guerricaechevarría, Álex de la Iglesia.
Intérpretes Santiago Segura (Nino), El Gran Wyoming (Bruno), Álex Angulo (Julián), Carla Hidalgo (Laura), Eduardo Gómez (El Pobre Tino), Manuel Tallafé (El Mago Silbor), Carlos Lucas (regidor), José María Íñigo y Uri Geller.
106 min. Color.


5 comentarios:

angeluco10 dijo...

Pués ya siento escribir críticas tan negativas pero me pareció rematadamente mala.
Fuí a verla con un amigo y salimos los dos del cine buffffffff.

Sr. Feliú dijo...

Es usted muy dueño, don angeluco. Y hace usted muy bien en exponer su opinión.

Sólo le pedimos que, si alguna vez, por lo que fuera, le da otra oportunidad, la vea como un drama romántico entre dos caricatos y no como una cachondada con Torrente y el Wyoming con pantalones de pata de elefante.

Agradecidos por su comentario y sus visitas, Sr. F y el profesor Javier

angeluco10 dijo...

La verdad es que fuí a verla porque me llamó mucho la atención la propaganda,con ellos cantando por las calles de Madrid una canción muy popular.
No he visto ninguna película de Torrente y Wyoming dejo de gustarme hace mucho tiempo pero le daré otra oportunidad.A pesar de todo diré que le sobra lo que sucede en los últimos minutos de película y que no desvelaré aquí.
Creo que ya fué demasiado para mi como espectador.
Muchas gracias.

Unknown dijo...

Esta película es, en el buen sentido de.la.expresión, una demencia. ¡Y hasta en el malo también! No he visto mucho a De la Iglesia, pero con esta muestra siento que no es necesario para saber que es su maestría.

Unknown dijo...

Mitica,culto