12 de octubre de 2012

Dance, dance, otherwise we are lost


Pina (2011), Wim Wenders

Wim Wenders tenía pensado hacer una película sobre el arte de Pina Bausch mucho antes del fallecimiento de la coreógrafa. Fue "cuando vi por primera vez «Café Müller», y fue tarde porque vivía entonces en los Estados Unidos, pensé que quizá sabía bastante sobre cine, pero no sobre el movimiento. Nos hicimos amigos. Ella tenía un deseo existencial de que su obra existiese en otro medio, que no tuviese cada vez que ser representada para permanecer. Pero yo no encontraba el modo de trasladar su lenguaje al cine".


Es la posibilidad de hacer la película en 3D lo que activa el proyecto. Wender ve un documental de U2 en 3D y por fin encuentra la forma que había estado buscando durante veinte años. Ambos descubren las posibilidades de esta técnica y se entusiasman con la idea: "Esta tecnología ponía el espacio y el movimiento realmente en otra dimensión, lo que hasta ahora me había faltado (…) Esta tecnología precisamente capta un elemento esencial del baile, que es el espacio".



Pero justo dos días antes de comenzar los ensayos técnicos, en junio de 2009, Pina fallece repentinamente y el proyecto —para el que se habían seleccionado ya cuatro coreografías: «Café Müller», «Le Sacre du Printemps», «Vollmond» y «Kontakthof»— se para. Son los bailarines los que piden a Wenders que continúe con el proyecto. Algunos de ellos llevaban trabajando con ella casi treinta años. Ellos —y Wenders— necesitaban mostrar su gratitud hacia Pina. Lo que iba a ser una película con Pina se convierte en una película para Pina. Un tributo, un homenaje.


Después de rodar las coreografías —estaban programadas en el Tanztheater de Wuppertal para su grabación precisamente— se toman un respiro para encontrar el hilo que pudiera sustituir la mirada de Pina. Wim Wender adopta el método de trabajo de Pina durante los ensayos de preguntar a los bailarines. Los bailarines de Pina nunca representaban un personaje, siempre eran ellos mismos, mantenían sus propios nombres en el escenario.


Las coreografías se completan con retratos casi mudos de los bailarines, unos retratos que les enfrentan consigo mismos en la soledad de un plató improvisado en el teatro. Completamente solos algunos cuentan algo sobre Pina, otros simplemente miran, otros ni se atreven a mirar ni a recordar. Los actores/bailarines miran mientras sus voces nos cuentan quién era Pina, su relación, cómo dirigía… Los bailarines forman parte de ella, están atados a ella, quieren escapar pero no pueden o no quieren escapar porque saben que no pueden. O no pueden escapar porque no quieren…


Hace frío en invierno y sin embargo, ¡cuánto calor hay en ese gesto!
Las imágenes cautivan desde el primer momento. Todas sus coreografías tienen algo que las hace únicas, una fuerza que trasciende la danza, un sentido que las hace poesía, manifiesto, grito, anhelo, denuncia… No hace falta el 3D para sentir cómo te envuelven los giros, cada gesto, cada movimiento. La honestidad se puede palpar y te dan ganas de agarrarla para llevártela a casa.


Las imágenes en blanco y negro en las que Pina baila, dibujando con sus brazos todo el dolor y la crudeza de la soledad, se funden con las recreaciones actuales de esas coreografías que Wenders filma con gran sensibilidad, permitiendo que el baile brille, que los danzantes brillen aunque tengan cuarenta años, trece o más de sesenta. Como en "Kontakthof", una coreografía a la que se han enfrentado tres generaciones diferentes. Una coreografía sin edad… 


Con sus coreografías, Pina nos enseña los dientes, las vísceras del sentimiento, las pulsiones del cuerpo, las necesidades del alma, los deseos ardientes, "lo que el alma le dice al cuerpo". Pina Bausch es una poetisa de lo vulnerable.


¿Wenders consigue hacer la película que a Pina hubiese gustado? No lo sabremos, pero lo que no podemos negar al director alemán es su esfuerzo y su trabajo consensuado con todos los que formaban parte de esa gran familia. Y lo que sí podemos afirmar es que ha conseguido una película con mucha fuerza, que transmite muchas emociones y cuyas imágenes nos acercan de una manera corporal al trabajo de Pina y de sus bailarines/actores.


Wender incluye la maqueta que utilizó para planificar y visualizar determinadas secuencias coreográficas. Es como un teatro de juguete en el que hay unas pequeñas marionetas que se mueven. También escoge con gran acierto las localizaciones. El  Paisaje industrial de Wuppertal facilita escenografías que acogen las coreografías con absoluta naturalidad y sencillez. Parece como si las coreografías hubieran surgido allí y allí siguen… Son como heridas abiertas en el corazón de la tierra.


Bailad, bailad, si no estamos perdidos.


Pina (2011)
Producción: Neue Road Movies (ALE)
En colaboración con Tanztheater Wuppertal Pina Bausch, ZDF,
ZDF theaterkanal y ARTE
Directed by: Wim Wenders
Choreography: Pina Bausch
Intérpretes: Regina Advento, Malou Airaudo, Ruth Amarante, Pina Bausch, Rainer Behr, Andrey Berezin, Damiano Ottavio Bigi, Bénédicte Billet, Ales Cucek, Clementine Deluy, Josephine Ann Endicott, Lutz Förster , Pablo Aran Gimeno, Mechthild Grossmann, Silvia Farias Heredía, Ditta Miranda Jasjfi, Barbara Kaufmann, Nayoung Kim, Daphnis Kokkinos, Ed Kortlandt, EddieMartinez, Dominique Mercy, Thusnelda Mercy, Cristiana Morganti, Morena Nascimento, Nazareth Panadero, Helena Pikon, Fabien Prioville, Jean-Laurent Sasportes, Franko Schmidt, Azusa Seyama, Julie Shanahan, Julie Anne Stanzak, Michael Strecker, Aida Vainieri, Anna Wehsarg, Tsai-Chin Yu, A.A. Gonzales, Stephen Brinkmann, M.C. Esteban, Paul Hess, Rudolf Giglberger, Chrystel Wu Guillebeaud, Mu-Yi Kuo, Szu-Wei Wu, Tomoko Yamashita, Sergey Zhukov y Andy Zondag.
Color, 100 min.


No hay comentarios: