Padre no
hay más que dos (1982), Mariano Ozores
La caja registradora de Mariano Ozores no dio
esta vez el resultado buscado. La fórmula del éxito Esteso-Pajares se combinaba
para la ocasión con un grupo infantil ad-hoc formado por dos de los actores de
la serie Verano azul (Miguel Ángel
Valero “Piraña” y Miguel Joven “Tito”) y la protagonista de la versión española
del musical Annie (Maricarmen
Pascual) en un producto que limaba las aristas del erotismo zafio y el
chascarrillo político para intentar satisfacer a toda la familia.
Padre no
hay más que dos se convierte así en una serie de
escenas intencionadamente jocosas que se alternan con números musicales
poniendo de paso en solfa uno de los temas favoritos de Mariano Ozores: el
divorcio.
Amelia (Paloma Hurtado) es la casquivana
pareja de baile de Amalio (Pajares). Ambos ejecutan un tango apache en el que
aprovechan para propinarse mutuamente una monumental paliza.
Florencio (Esteso) es un mago chapucero que a
punto está de acabar con la vida de su asistente y señora (Luisa Armenteros) durante
el número del baúl y las espadas.
De resultas de sendos procedimientos de
divorcio paralelos, ambos se ven en la tesitura de tener que buscar un nuevo
alojamiento para sus respectivas proles. Castañeda (Ricardo Merino), un liante
que alquila aparatos de magia y atrezzo de baile, consigue encalomarle a ambos
una casa ruinosa en alquiler. Como sus caracteres no pueden ser más dispares y
los chicos anhelan el regreso de sus madres, Ozores tampoco se preocupa mucho
más por el argumento. Prescinde también de los exteriores y el metraje,
repartido entre el caserón y el escenario, se vuelve paulatinamente
claustrofóbico.
Y a esto se reduce todo. El resultado carece
de ángel pero también de ritmo. Los dos padres intentarán sacar adelante a los
chicos primero como magos y luego como bailarines y cantantes, para finalmente,
triunfar en la televisión en compañía de la muchachada.
A Florencio se le ocurre un número con
bombillas en el que él se caracterizará de jorobado y Amalio de Frankenstein.
Lo bautiza como “Los monstruos de la magia”. Amalio propone entonces alternar
el baile, que es su especialidad, con los chistes… ante la indiferencia del
público.
Cuando actúan junto a los chicos en
televisión, lo hacen con una canción dedicada a los payasos. No reproducimos la
letra por no ruborizarles ni prolongar más este comentario que únicamente
pretende dar cuenta de la legítima maniobra del trío de oro del cine español de
la Transición justo en el momento en que Pilar Miró aterrizaba en la Dirección
General de Cine, lo que a medio plazo supuso el
estrangulamiento del filón.
Padre no hay más que dos (1982)
Producción:
Ízaro Films (ES)
Guión y
Dirección: Mariano Ozores.
Intérpretes:
Fernando Esteso (Florencio), Andrés Pajares (Amalio), Paloma Hurtado (Emilia),
Beatriz Carvajal (Lola), Ricardo Merino (Castañeda), Adriana Ozores
(presentadora TV), María Casanova (Catalina), Luisa Armenteros (la mujer de
Florencio), Alfonso del Real (Maroto), Adrián Ortega y los niños Miguel Ángel
Valero “Piraña”, Miguel Joven “Tito”, Maricarmen Pascual “la Annie española”, Alberto
Rincón y María Adánez.
87 min.
Color.
2 comentarios:
Por mucho que simpatice, que lo hago, con don Mariano, no logro aguantarlo... y mira que tengo tragaderas ante las producciones patrias... pero es que ese ritmo tan a trompicones y ese descuido general... que no, que no...
(Soy el Abuelito, que no sé porqué no sale mi nombre...)
Anónimo Abuelito:
En el presente caso la cosa resulta especialmente cargante porque don Mariano se empeña en hacer "cine infantil" o "cine para toda la familia" a base de ñoñería y gracietas mil veces oídas.
No obstante, dada su ambientación, hemos considerado oportuno consignarla en este vademécum del cine circense y varietístico que es su casa.
Bien hallado, sus nietos que bien le quieren
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