13 de abril de 2010

Pierdel, discípulo de Méliès

Cuando comentamos el catálogo de la exposición de Jacques Tati les prometimos volver sobre Pierdel. Hoy lo hacemos. André Delepierre, alias Pierdel, es el auténtico discípulo de Méliès. No porque asistiera a sus clases sino porque en su carrera se da la doble condición de ilusionista y hombre de cine.

Durante la Segunda Guerra Mundial Pierdel ejercía de mago. Estaba refugiado en un pueblo próximo a Saint Severe donde a la sazón se encontraban Jacques Tati y Henri Marquette. Fue a verlos. Tati animó a Pierdel a “americanizar” su número, como haría el cartero François en Jour de fete. Pierdel le hizo caso: realizó varias funciones para las tropas americanas en las que salía montado en un jeep e hilvanaba una serie de gags al tiempo que ejecutaba sus trucos. Sin que sepamos muy bien porqué, esto le acarrea el calificativo de “mago cubista”.

Cuando Tati comenzó a rodar Jour de fete le propuso incorporarse al equipo como accesorista. Debía preparar todos los objetos trucados que intervenían en los gags y resolver los planos en los que la bicicleta marcha sola. No sólo eso, también interpretó varios papeles, entre ellos el del hombrecillo del canotié que dirige la maniobra de erección del mástil. Desde entonces, Pierdel fue parte del equipo de Tati hasta PlayTime. Entretanto descubrió su habilidad para los efectos especiales. Casi doscientas películas como armero, artificiero y trucador que le han permitido fotografiarse junto a Jean Gabin, Alain Delon, Jean-Paul Belmondo, Jeanne Moreau… Vale decir el olimpo del cinema galo. Uno de sus trabajos más apreciados es el de atrezzista para Le procès / The Trial (1963), o Wells según Kafka según Wells.

(Foto procedente del blog: Thiron fait son Cinéma) Su última película data de 1983: Les Cavaliers de l'orage, de Gérard Vergez. Pierdel ha publicado dos libros:

Pierdel, André
Les secrets des effets spéciaux 
Editions Georges Proust, 1999. 
ISBN: 2-907642-18-9

Pierdel, André
La Magie du petit homme vert 
Cercle des Magiciens 
Blésois, 2009. con prólogo de Pierre Étaix.

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