Cuatro son los títulos conservados de la producción de Méliès para el año 1896.
Une Partie de cartes [número 1 de su catálogo] es una escena costumbrista en la que lo más destacable es la presencia del propio Méliès en el centro del fotograma, marcando el ritmo de la acción.
El 26 lleva por título Une Nuit terrible. Aparece aquí ya, aunque de un modo bastante primitivo, la aproximación al fantástico en forma de cucaracha gigante que trepa a la cama de un Méliès caracterizado con barba y nariz postizas. La escena está rodada en un exterior, según evidencia la luz solar y el continuo movimiento del cortinaje que sirve de fondo al decorado debido a la acción del viento.
Le Cauchemar [82] muestra la otra cara de Méliès, la del maestro de la escenografía, de los trucos con aparatos y de la poesía lunar. El procedimiento es similar al de Escamotage d'une dame chez Robert-Houdin –el paso de manivela– e, incluso, el decorado de la historia-marco es el mismo. Méliès no filma en esta ocasión la realidad, ni aprovecha el cinematógrafo para (re)crear un truco, sino que ha descubierto treinta años antes que Breton, Dalí y Buñuel, que la cámara sirve, sobre todo, para fotografiar los sueños. O las pesadillas. De nuevo, un personaje esperpéntico en una cama. En cada mutación hay un cambio de personaje –una joven, un tañedor de banjo con el rostro embetunado y un arlequín– y un cambio de decorado. La aparición del arlequín implica la presencia de la luna. Cuando el soñador la señala con el dedo, la luna viene al balcón a mordérselo. El protagonista la espanta de un puñetazo y los tres personajes reaparecen danzando para redondear la pesadilla.
Es posible que ocurriera algún incidente durante el rodaje o acaso se trate de una gamberrada posterior, el caso es que en la copia reproducida en el First Wizard of Cinema (y en YouTube), alguien ha raspado cuidadosamente el trozo del fotograma donde pudiera verse el miembro del mago por una rotura del calzón.
Escamotage d'une dame chez Robert-Houdin (1896)
Producción, Guión, Dirección e Interpretación: Georges Méliès.
Blanco y negro. 1 min.
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