6 de septiembre de 2009

Fields mudo


Two Flaming Youths (Dos viejos verdes, 1927), John Waters

LA CARRERA cinematográfica de W.C. Fields se activa a finales del periodo mudo cuando firma contrato con la Paramount. Resulta paradójico, teniendo en cuenta que buena parte del humor fieldsiano reside en los diálogos que se autoescribía y en su peculiar modo de pronunciarlos. Cuando la Warner está tramando la revolución sonora en la que el resto de los estudios no querrán quedarse atrás, Fields rueda tres películas de pretensiones modestas, pero en las que se mueve como pez en el agua porque están ambientadas en el mundo del circo y el vodevil que tan bien conocía.


Arvo, el hipnotizador

Running Wild (Loco de atar, 1927), es la segunda colaboración de Fields con el dibujante y gagman Gregory LaCava. La carrera de éste durante los años treinta dio lugar a algunas de las comedias más interesantes de la década de los treinta, que ya es decir. Según todas las crónicas, cuando ambos firmaron contrato con la Paramount a mediados de los años veinte, Fields y LaCava estaban condenados a entenderse… y a pelearse. Trabajadores empedernidos en el plató, eran fuera de él compañeros de juerga hasta la extenuación del otro. Pero los resultados de So’s Your Old Man (1927), rehecha siete años después como You’re Telling Me, propician el nuevo emparejamiento.

Running Wild presenta al timorato y supersticioso Elmer Finch (W.C. Fields) acogotado por su segunda mujer (Marie Shotwell), su hijastro (Barney Raskle), su jefe (Frederick Burton) y hasta su perro (Rex). El jefe le ordena cobrar una deuda a un moroso especialmente violento. Camino de esta arriesgada misión Elmer encuentra una herradura que arroja por encima de su hombro para que le traiga buena suerte. La herradura destroza el escaparate de una joyería. La policía le persigue. Elmer se cuela en un teatro de variedades donde actúa Arvo, el hipnotizador (Ed Roseman). Confundido con uno de los voluntarios que acaba de solicitar, Arvo hace creer a Elmer que es un león.

Siguiendo un esquema habitual en los largometrajes mudos de Buster Keaton y de Harold Lloyd, la película utiliza este artificio como bisagra y, en una estructura simétrica, a partir de aquí, el capitidisminuido empleaducho y pater familias calzonazos se va a convertir en una auténtica fiera.

La película fue una de las primeras de Fields en prescindir de sus rutinas teatrales, según destacaba el “Motion Pictures News” en su recesión de la película: “El cómico ha prescindido esta vez de sus trucos del Follies […] En esta ocasión demuestra que guarda muchos más trucos en la manga”.


El Circo Incomparable de Gilfoil

Two Flaming Youths (Dos viejos verdes, 1927), dirigida por un John Waters que no tiene nada que ver con el artífice de Pink Flamingos, se considera hoy perdida.

Simon Louvish, el más fiable biógrafo fieldsiano, ha reconstruido el argumento a partir de varios guiones conservados, así que resumimos para ustedes: Gabby Gilfoil (W.C. Fields) regenta un side-show denominado el Circo Incomparable de Gilfoil como buenamente puede, huyendo de acreedores y sheriffs de ciudad en ciudad. La troupe del Circo Incomparable está compuesta por el gigante noruego Johan Aasen, la gorda Anna MacGruder (o Magruder), el esqueleto viviente Chester Morton, el liliputiense Billy Plat, un hombre tatuado (Lee W. Parker), y un forzudo (John Seresheff).

En Arkosa se instalan en la Mansion House, de Madge Marlarkey (Cissie Fitzgerald), antigua estrella del burlesque. Gilfoil corteja a la dama sin otro propósito que ahorrase la factura, pero el sheriff Ben Holden (Chester Conklin) es un serio competidor. Mary (Mary Brian), la hija de Gabby, se enamora del sobrino del sheriff (Jack Luden) y la señora Marlarkey accede a casarse con quien pague la hipoteca de su casa de huéspedes. Gilfoil y Holden se empeñan en una carrera por conseguir la mano de la señora Marlarkey, en la que el feriante demuestra sus habilidades como malabarista y el sheriff con el serrucho musical.



Gilfoil abre un “Freak Show” en el pueblo. Holden recibe un aviso de que podría tratarse de un peligroso criminal conocido como Chicago Mike. La persecución continúa cuando Gilfoil y su troupe reciben una invitación para presentarse en el Carnaval de un pueblo cercano. Entre los momentos memorables destacan el modo en que Fields escurre su cigarro mojado, el gag recurrente de la Gorda que cae sobre el pequeño Chester Conklin y el combate de boxeo entre éste y un canguro, al que Gilfoil hace la oportuna publicidad: “¡El combate del siglo! ¡La lucha entre el hombre y la bestia! ¡Un combate a muerte entre el canguro boxeador y el sheriff de Arkosa!”.

La gente pone los billetes a puñados en manos de Gilfoil para presenciar este espectáculo. Pero cuando regresan a Arkosa se entera de que su hija se ha casado con Tony y ya no es necesario que se case con la señora Marlarkey. Gustosamente cede este privilegio el sheriff que ha conseguido el dinero de la recompensa por la captura del auténtico Chicago Mike. Pero la señora Marlarkey, aburrida de esperar a sus pretendientes, se ha casado también.

Mourdant Hall escribió en el “New York Times”: “Mister Fields es un intérprete con recursos y sus trucos no deben nada a nadie. También es un buen pantomimista que no pretende que el resto del mundo está sordo simplemente porque trabaje para la pantalla silente”.

Entre las actuaciones –aunque no sabemos en qué momento de la acción irían insertas- lo más granado de las variedades de la época: Savoy & Brennan, pareja protagonista del “Ziegfield Follies of 1918” con un número de vodevil en el que el Bert Savoy encarnaba –travestido- a una dama picarona en tanto que Jay Brennan asumía el papel de “straight man”; los cómicos dialectales Kolb and Dill, que hicieron fortuna con su número “Double Dutch” en San Francisco, en las postrimerías del siglo XIX; Weber and [Lew] Fields, que también encarnaban a dos alemanes y llevaban varios años separados pero revivían sus viejos éxitos en ocasiones señaladas; Moran and Mack, conocidos como los “Cuervos Negros” por actuar con la cara tiznada y hacer también humor de corte racial; Clark & McCullough, acróbatas que habían trabajado también como clowns en el circo de los Ringling Brothers antes de hacer carrera en el vodevil debutando en Broadway en 1922 en “The Music Box Review” con música de Irving Berlin; Pearl and Bard; y The Duncan Sisters, protagonistas y libretistas del éxito de Broadway “Topsy and Eva”, basado en “La cabaña del Tío Tom”.



Chester Conklin, “La Morsa”
Two Flaming Youths fue el primero de tres títulos en los que W.C. Fields y Chester Conklin compartieron protagonismo. Conklin (1888-1971) había trabajado en el vodevil y también como payaso en el circo antes de recalar en 1913 en la Keystone donde Sennett lo utilizó como secundario de sus estrellas de mayor fuste. Su característico bigote y sus indudables dotes cómicas, claro, le valieron no obstante protagonizar algunas películas cortas encarnando a un personaje llamado Walrus, “La Morsa”. En 1920, Chester Conklin fue contratado por la Fox y pasó luego por diversos estudios hasta sus trabajos para la Paramount que ahora comentamos. En los años cuarenta fue miembro fijo de la “stock company” de viejos comediantes que intervenía en todas las películas de Preston Sturges, aunque quizás sea mejor recordado como el mecánico de Modern Times (Tiempos modernos, 1936) y el cliente de la barbería en The Great Dictator (El gran dictador, 1940), a las órdenes de Chaplin. Dice la leyenda que a mediados de los años cincuenta se contentaba con hacer de Papá Noel a la puerta de unos grandes almacenes de Los Ángeles para poder comer. En 1961 ingresó en una Residencia y se casó por cuarta vez; él tenía 77 años, la novia 65.

Después de Tillie's Punctured Romance (La novela de Tilita, 1928), de la que les contamos en breve, Fields y Conklin fueron emparejados por Paramount una vez más en la rutinaria Fools for Luck (El pícaro de la suerte, 1928), dirigida por Charles Reisner. Los cronistas apenas destacaron de ella la clásica partida de billar.

Two Flaming Youths (Dos viejos verdes, 1927)
Producción: Paramount Famous Lasky Corporation (EEUU)
Director: John Waters.
Guión: Donald Davis. Intertítulos: Jack Conway y Herman Mankiewicz.
Intérpretes: W.C. Fields (Gabby Gilfoil), Chester Conklin (Ben Holden), Cissie Fitzgerald (Madge Marlarkey), Mary Brian (Mary Gilfoil), Jack Luden (el sobrino del sheriff), Johan Aasen (el gigante), Anna MacGruder (la gorda), Chester Morton (el esqueleto viviente), Billy Plat (el enano), Lee W. Parker (el hombre tatuado), John Seresheff (el forzudo), Savoy & Brennan, Kolb and Dill, Weber and Fields, Moran and Mack, Clark & McCullough, Pearl and Bard y The Duncan Sisters.
55 min. Blanco y negro
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