27 de septiembre de 2009

Duelo de tacañones: Sennett vs. Fields


Lo cuenta Mack Sennett en sus memorias. Apenas llegado a Los Ángeles Fields se ofreció para escribir gags o dirigir cortometrajes. La principal baza de Sennet en ese momento era Harry Langdon. Había llegado el cine sonoro y no estaría mal que Fields protagonizara una película de dos rollos.

—Está bien —contesta Fields—. En ese caso mi sueldo son cinco mil por semana.
Cuando Sennett se quiere dar cuenta se ha comprometido a pagarle la mitad por adelantado. Al productor, famoso por no dejar escapar un céntimo, le entran sudores fríos. En el rato que ha tardado en firmar el contrato ya ha perdido algo así como doscientos dólares. Convoca inmediatamente a sus fieles colaboradores: Del Lord, Arthur Ripley y George Marshall. Entre los cuatro urden una historia que les parece el colmo de lo cómico: el avión de Fields se incendia sobre el océano y éste se ve obligado a saltar en paracaídas. Cae sobre un islote en mitad del mar. Rumia sus penas hasta que se da cuenta de que la isla no es tal isla sino una ballena muerta que está siendo devorada por tiburones. ¿Cómo logrará escapar de allí antes de que los escualos le hagan cosquillas en los pies?
En unas horas el guión está listo y camino de casa del Gran Hombre junto con la convocatoria para comenzar a rodar. Entre tanto Sennett ha alquilado un velero. Pero Fields le contesta que si piensa que va a rodar semejante majadería está muy equivocado. Tiene un certificado médico que asegura que es alérgico al agua… “y especialmente al agua salada”.

El productor aprovecha una borrachera de Fields y lo embarca en el velero con una caja de ginebra y un arponero. Hay suerte. Al poco divisan una ballena y lanzan el arpón. El cetáceo planta cara. Tira y tira. Sennett asegura que durante veinticuatro horas estuvieron recorriendo la costa californiana a remolque. Pero Fields no salió del camarote hasta que la ginebra se hubo acabado y el velero estuvo de nuevo seguro en el puerto. ¡Veinte mil dólares perdidos! Sennett asegura que Fields siempre le reprochó que no hubieran filmado aquella película.-Me imagino a mí mismo como un tritón, cabalgando sobre las olas a lomos de aquel leviatán enfurecido. Me ha decepcionado usted profundamente, míster Sennett. Así que, finalmente, el productor le pregunta si no le importaría rodar su vieja rutina del golf. W.C. se deja querer pero finalmente accede. Así nació The Golf Specialist… según Sennett.

Sennet, Mack (as told to Cameron Shipp)
King of Comedy
Doubleday & Company, Inc., NY,1954

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