16 de diciembre de 2012

Hipnotismo, magia, un baúl y doce espadas afiladas


The Last Performance (Magia roja, 1929), Paul Fejos

¡A quién se le ocurre buscarle las vueltas a un mago con poderes hipnóticos enamorado! Y mucho más si el mago está encarnado por Conrad Veidt, asesino sonámbulo a las órdenes del doctor Caligari, el hombre que ríe con una mueca eterna, Iván el terrible o la encarnación del mal en Casablanca, el siniestro mayor Strasser.


En The Last Performance Veidt encarna al Gran Erik, atracción principal en los más reputados teatros de la vieja Europa y de Norteamérica. Tiene dos ayudantes: la bella Julie (Mary Philbin), de la que está perdidamente enamorado, y el siniestro Buffo (Leslie Fenton), locamente enamorado del maestro que lo controla gracias a sus poderes mesméricos. El triángulo se mantiene más o menos estable hasta que se incorpora a la pequeña troupe un ladronzuelo hambriento llamado Mark (Fred MacKaye). Julie se enamora de él, el Gran Erik pretende casarse con ella inmediatamente y Buffo, devorado por los celos, descubre al maestro la traición de la pareja.


Si en la primera parte hemos podido ver una ilusión de magia con aparatos —un baúl suspendido en el aire que se abre al disparar el mago un revólver— y una demostración de hipnosis colectiva, en la venganza del mago tendrá papel principal el baúl atravesado por doce sables. El truco queda a la vista del espectador porque esta vez es Buffo y no Julie quien entrará en el baúl y Mark y no el Gran Erik, el encargado de clavar las espadas.


The Last Performance es una de aquellas producciones de estirpe expresionista con las que la Universal probó sus primeros pasos en el horror cinematográfico, antes de decantarse por las cintas de monstruos que hicieron la fortuna de la casa. Podría haber sido interpretada sin mayor problema por Lon Chaney o por el John Barrymore de Svengali (Svengali, 1931), pero lo cierto es que Veidt “es” la película. Su histrionismo, sus ojos untados de carbonilla, la gestualidad de sus manos nos retrotraen diez o quince años en la historia del cine, al tiempo en el que la caracterización y la gestualidad eran la esencia de la interpretación. Le acompaña Mary Philbin, proto-reina del grito, compañera también de Veidt en The Man Who Laughs (El hombre que ríe, 1927), de Chaney en The Phantom of the Opera (El fantasma de la Ópera, 1925) y de un gorila asesino en Merry-Go-Round (Los amores de un príncipe, 1923).


La otra gran baza de la cinta  es una realización que recurre dinámica e imaginativa que saca el máximo partido de cada situación por estática que sea ésta, convirtiendo el metraje en un tour de force visual. El húngaro Paul Fejos ha pasado a la historia del cine por la delicadeza de Lonesome (Soledad, 1928), pero demuestra un talento indudable para moverse en el registro de Paul Leni o Tod Browning.


Salta a la vista que la Universal no sabía a qué carta quedarse con The Last Performance. Se estrenó en versión muda con escenas viradas en color –ámbar para los interiores, azul para los exteriores nocturnos- y con un último rollo con sonido sincrónico. Al finalizar la producción Conrad Veidt y el estudio decidieron no renovar el contrato en vista del rumbo 100% talkie que tomaba el cine sonoro. A las pantallas españolas llegó con el bizarro título de Magia roja. La versión que hemos visto tiene intertítulos en danés, carece de diálogos y los planos coloreados brillan por su ausencia. No sabemos si será traducción literal de la didascalia original o creación del redactor escandinavo, pero la copia arranca con este estremecedor aviso: “Este es un extraño cuento sobre Hipnotismo, Magia, un baúl y doce espadas afiladas”.


The Last Performance (Magia roja, 1929)
Producción: Universal Pictures (EEUU)
Director: Paul Fejos.
Guión: James Ashmore Creelman. Intertítulos: Walter Anthony y Tom Reed.
Intérpretes: Conrad Veidt (el Gran Erik), Mary Philbin (Julie), Leslie Fenton (Buffo), Fred MacKaye (Mark Royce), Gustav Parthos (el gerente), William H. Turner (el agente), Anders Randolf (el juez), Sam De Grasse (el fiscal), George Irving (el abogado defensor), Walter Brennan (un payaso), Eddie Boland.
60 min. Blanco y negro.

4 comentarios:

El Abuelito dijo...

Se me pasó en su momento esta reseña de un filme que según su escrito tiene todos los ingredientes para excitar el interés del Abuelito. De Pal Fejos conozco María, leyenda húngara y su versión de Fantomas. Lástima que solo esté esta disponible con intertítulos en danés... claro que si como dice usted no tiene diálogos, habrá que hacer por poder verla...

Sr. Feliú dijo...

Si no la encuentra en su distribuidor habitual háganoslo saber y se la hacemos llegar en compañía de ese prodigio de delicadeza ambientado en Coney Island que es "Lonesome".

Avril Tron LuKon dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Avril Tron LuKon dijo...

Uf! verdadetamente una de mis películas favoritas, nuevamente interpretada por mi actor favorito (Conrad veidt) y mi actriz favorita (Mary Philbin), quienes en otra ocasión trabajaron juntos para "El hombre que ríe" (mi película favorita) Bueno, y esta es una de mis películas favoritas de Connie también, y quiza de mis películas favoritas en general, supongo. !!, Estoy completamente enamorada de Erik, Él era un personaje que hace todo por su amor! Pero ella era tan cruel y fría que cae enamorada de un hombre que no había hecho nada por ella, esa película rompió mi corazón,La historia, los lugares, el tema, el triángulo amoroso y Mary Philbin me recuerdan al "El fantasma de la ópera" (en la versión de Lon Chaney)la trama son tan similares, también el personaje principal se llama Erik, un hombre que hace triunfar a la chica que ama en el escenario(el personaje de Mary Philbin) y ella le debe mucho a él, y Erik hace mucho por ella. Ambos Erik no son amados y deseaban con todo su corazón estar con su chica pero la diferencia es que por un lado Erik en el fantasma de la ópera quería de forma tan fuerte el amor de Chistine, que la forza para quedarse con él, y por el otro lado sin ser tampoco amado,el Gran Erik quería también fuertemente el amor de Julie, pero él no la forza a quedarse con el .Él quería solo su felicidad; pero luego, los dos Erik con el corazón muy ya muy roto, y en soledad no pueden más con ello y tratan de deshacerse del hombre que ama la mujer que ellos aman ... Pero entonces el personaje de Mary le rogó a Erik que salvara a su amado y finalmente Erik aceptó Erik perdió su amor y luego murió ....
El maquillaje exagerado era algo que caracteriza al Erik de Lon Chaney quien fue muy bueno, pero como ocurrió con Drácula, (la mayoría de la gente piensa que si Chaney hubiera hecho a Drácula, también hubiera tenido un maquillaje exagerado)... y (también viendo las nuevas versiones del fantasma de la ópera) creo que Veidt como Erik del fantasma de la ópera se vería muy similar a Erik de "The last performance" con un toque de César Borgia, no tan deformado, con esos ojos obscuros y penetrantes ... más todo ese toque romántico como la rosa que caracteriza el fantasma de la ópera de hoy en día(con todas esas versiones) Creo que Lon Chaney es genial, pero Veidt podía haber sido increíble también y más romántico como Erik en "The last performance"
Bueno, el segundo personaje que Erik me recuerda es Drácula, y de nuevo Drácula me recuerda los mismos actores que entran en mi mente con Erik (tanto el de "The last performance" y del fantasma de la ópera): Lon Chaney, Bela Lugosi y por supuesto Conrad Veidt ... Y en todos los personajes muchas personas piensan como podía haber sido si Lon Chaney, hubiera interpretado a Erik (en "The last performance") o Drácula e incluso al el hombre que ríe, Pero creo que Connie es perfecto tanto con Erik como con Gwynplaine y con esos ojos y el estilo de Connie que tiene en esta película estoy seguro hibiera sido un Dracula fantástico también !! y sobre lo de "chupar sangre" como dice Monique, tampoco es tanto mi idea de una pelicula de Connie, pero su apariencia y la mirada, hubiera sido perfecto. Me encanta la idea de todas esas películas con Connie vestido con colores oscuros en una escena oscura, con los labios oscuros y los ojos aún más oscuros (como Erik) y la forma en que se marcaban los huesos de su rostro pálido<; y todo esto es algo que en las películas habladas de Veidt lamentablemente se perdió ... y me encanta cómo se ve de Connie en las habladas también ... pero creo que todas estas características especiales se han perdido en el cine sonoro y las extraño mucho, igual que como Universal se olvidó de ese toque de expresionismo alemán cuando se convirtió en el universo de los monstruos (que también está muy bien .... pero si Veidt hubiera sido Drácula ... no lo se... en ambos roles creo que hubiera sido épico
Lo siento ... escribí mucho ... pero tenía que escribir cada palabra